¿Cuándo empezar la alimentación complementaria y cómo saber si tu bebé está preparado?
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Estás en casa con tu bebé de cinco - seis meses y de repente te llegan comentarios por todos lados: “¿Ya come?”, “Mi sobrina comió purés desde los 4 meses”, “Yo le empecé a dar fruta porque me lo pedía”. Y tú, que ya estás bastante ocupada intentando sobrevivir a las noches sin dormir, ahora te enfrentas a otro reto: la alimentación complementaria.
Si te sientes confundida, presionada o simplemente perdida, tranquila: no eres la única. Y este post es justo para ti.
Según la OMS, la alimentación complementaria debe iniciarse a partir de los 6 meses, nunca antes de los 4, y preferiblemente manteniendo la lactancia materna o artificial como alimento principal hasta el año.
Pero más allá del calendario, hay algo que muchas veces no se dice lo suficiente:
Lo importante no es la edad exacta, sino que tu bebé esté realmente preparado.
✅ Se mantiene sentado con apoyo y controla bien la cabeza.
✅ Muestra interés por la comida: te observa cuando comes, intenta agarrarla.
✅ Ha desaparecido el reflejo de extrusión (ya no empuja la comida con la lengua).
✅ Coordina manos, ojos y boca (puede agarrar algo y llevárselo a la boca).
Estas señales suelen aparecer alrededor de los 6 meses, pero no todos los bebés están listos el mismo día. Y eso está bien. La comparación con otros bebés no ayuda, confía en los ritmos del tuyo.
BLW significa Baby Led Weaning, o lo que es lo mismo: alimentación complementaria dirigida por el bebé. Es una forma de ofrecer los alimentos para que el bebé coma por sí mismo, con sus manos, explorando sabores, texturas y desarrollando su autonomía desde el primer momento.
No es una moda ni algo nuevo. Es una forma respetuosa de acompañar el proceso natural de aprender a comer, siempre que se cumplan las condiciones de seguridad.
No hay un "mejor" universal. Hay lo que se adapta a tu familia, a tu bebé y a ti. Puedes hacer BLW exclusivo, combinar con alimentos triturados o seguir un enfoque mixto. Lo importante es que sea seguro, respetuoso y sin prisas.

No se trata de hacerlo perfecto, sino de disfrutar del proceso. De convertir las comidas en momentos de conexión, de juego y de aprendizaje.
Cada bebé es único. Cada familia también. Y por eso, no necesitas hacerlo sola.
Estoy aquí para ayudarte.